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- La gofista olímpica narra en una carta abierta su lucha contra la enfermedad de Hashimoto.
- Publica una foto del comienzo de los síntomas y otra reciente y se muestra agradecida por lo que ha aprendido de esta experiencia.
La golfista española Azahara Muñoz ha narrado en una carta abierta que se encuentra superando uno de los momentos más complicados de su vida. La jugadora olímpica combate desde hace tres años contra la enfermedad de Hashimoto, que le provocó cansancio, enfriamento y pérdida de pelo.
Los síntomas se hicieron más fuertes hace tres años, cuando comenzó a sentir que “estaba cansada todo el tiempo, tenía frío, ansiedad (…) empecé a perder muchísimo pelo (como demostró con dos fotografías, una del comienzo de los síntomas y otra tras recuperarse), fue un momento súper embarazoso y mi única obsesión era esconderlo”.
En septiembre de 2016 le diagnosticaron la enfermedad, lo que supuso “un pequeño shock”, aunque por otra parte, “casi me sentí aliviada porque al fin podía hacer algo”.
Una publicación compartida de Azahara Munoz Vickers (@azagolf) el8 May, 2018 a las 9:08 PDT
Por aquel entonces no se planteaba desvelar su situación “porque pensaba que era mi culpa y, siendo como soy, una persona muy obstinada y trabajadora, seguí exigiéndome mucho”. No obstante, ahora reconoce que “me he quitado un peso de encima” y que “desearía no haber tenido esta enfermedad, pero estoy agradecida por todo lo que me ha enseñado”.
Carta íntegra:
No sé muy bien ni cómo empezar… Nunca quise hablar de esto. De hecho, sólo lo sabían mis amigos más cercanos y la familia. Sin embargo, salió el tema en mi entrevista con el LPGA Tour tras acabar segunda en Hawaii y, la verdad, estoy contenta de haberlo soltado. Me he quitado un peso de encima.
No quise decir nada hasta entonces porque para empezar odio poner excusas por jugar mal y después porque en el fondo era un poco delicado… Todo el mundo siempre piensa sobre mí como que soy una persona sana y fuerte… y de repente había dejado de serlo.
Ahora, mirando atrás, me doy cuenta de que tenía esto de hace mucho, mucho tiempo, pero lo síntomas no empezaron a ser más obvios hasta hace tres o cuatro años. Los días eran muy duros. Estaba cansada todo el tiempo, tenía frío, ansiedad… Pero nunca pensé en pedir ayuda. Nunca pasó por mi cabeza, porque pensaba que era mi culpa. Y siendo, como soy, una persona muy obstinada y trabajadora, seguí exigiéndome mucho.
Yo creo que mi cuerpo finalmente se hartó de mí… En la primera foto de arriba podéis ver lo que ocurrió. Empecé a perder muchísimo pelo… Tenía calvas por toda la cabeza. Fue un momento súper embarazoso y mi única obsesión era esconderlo lo mejor que podía. Sin embargo, ahora tengo que estar agradecida por ello, ya que es la razón por la que decidí ir al doctor. Hasta entonces no había síntomas tan obvios, eran más por dentro y no podía ver de manera tan clara que algo malo me pasaba, aunque en el fondo yo sabía que no estaba bien.
“La primera foto que veis es lo que ocurrió
Así, en septiembre de 2016 me diagnosticaron la enfermedad de Hashimoto. Fue un pequeño shock en ese momento, pero para ser honesta casi me sentí aliviada porque al fin podía hacer algo, ir contra algo. ¿Por qué estaba todo el tiempo cansada? ¿Por qué tenía tanto frío? ¿Por qué no quería ir a cenar con los amigos? ¿O hacer cosas divertidas? ¿Qué me pasaba? Simplemente estaba agotada todo el tiempo. Especialmente tras acabar largos entrenamientos y después del gimnasio. Me hundía completamente.
Muchas personas que pasan por lo mismo me preguntan cómo puedo sentirme tan bien con lo que estoy pasando… Está bien, esto no es del todo cierto. No estoy tan bien. Tengo lo que tengo y estoy aprendiendo a llevarlo de la mejor manera que puedo. Estoy haciendo cosas. Obviamente, estoy tomando medicamentos, pero también he cambiado mi dieta y la forma en que vivo. Tenía que hacerlo. Pero quiero ser honesta y no quiero que penséis que estoy al 100% todo el tiempo. Me siento mucho mejor, he recuperado energía, mi cabello está creciendo nuevamente, me siento tranquila, pero todavía tengo mis días.
Batalla diaria
A veces estoy tan cansada que no sé cómo voy a terminar el día. Cuando estoy en torneos, es mucho más fácil por la adrenalina, imagino… Pero cuando estoy en casa es un poco peor. A veces, completar el entrenamiento es una batalla. Pero ahora sé que lo estoy haciendo bien y estoy escuchando mi cuerpo. No siempre lo hago eso, pero sí la mayor parte del tiempo. Y todavía lucho con esto porque soy muy trabajadora y quiero hacer mucho, pero ahora sé que simplemente hay veces que no puedo. ¡Aún lo hago a veces y lo pago más tarde! ¡Todavía estoy aprendiendo!
¿Estoy agradecida por esto? No, desearía no tenerlo. Pero estoy agradecida por todo lo que me ha enseñado. Creo que de alguna manera mi cuerpo me ha pedido que bajara la velocidad. Estaba haciendo mucho más de lo que mi cuerpo podía manejar, era tan dura conmigo misma, me esforcé tanto, que no disfrutaba de las pequeñas cosas. Siempre corría de un lugar a otro, estresada, siempre queriendo más. Ya no, la mayor parte del tiempo…
Intento hacer las cosas más lentamente, tomar descansos si es necesario, disfrutar mi café por la mañana, mi tiempo de lectura, mis tardes libres si estoy demasiado cansada, o si tengo ganas porque quiero hacer otra cosa. Y honestamente puedo decir que estoy en el momento más feliz que he tenido. Así que estoy agradecida por eso. Tengo una vida tan buena… Esto es sólo un pequeño obstáculo en el camino. ¿Pero acaso no todos tenemos algo? Solo necesitamos sacar lo mejor de lo que tenemos. ¡Y eso es lo que estoy haciendo! Estoy emocionada por lo que está por venir.
Mensajes de apoyo
He recibido muchísimos mensajes de personas que pasan por lo mismo y de personas que me envían su amor y apoyo y estoy muy agradecida a todos. Pensé en escribir algo para todos ellos. Si puedo ayudar, aunque sea a una sola persona que esté pasando por algo similar, todo habrá valido la pena. Así que, si tienen alguna pregunta, comuníquense conmigo. Muchos de ustedes ya lo han hecho y me encanta.
¡Espero que todos tengan un día maravilloso!
PD. Mi segunda foto es de hoy. ¡Parezco una langosta pero estoy tan feliz de que mi cabello vuelva a estar sano y fuerte que no me importa…!