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El gran potencial del golf en Asturias, por Fernando Adarraga

Turismo de Asturias califica el golf como “una de las actividades de ocio emergentes en el Principado. La calidad técnica de las instalaciones, la belleza y riqueza del entorno paisajístico, y la bonanza de un clima templado y húmedo hacen de la región un paraíso para este deporte”.

No se puede estar más de acuerdo, pero este crecimiento en el sector golfístico asturiano se debe también a una fuerte y equilibrada oferta de golf que aumenta la competencia. Fuerte porque sus cinco campos públicos han provocado que los demás campos privados hayan mejorado su estrategia de venta a través de sus, en bastantes casos, nuevos gerentes para así crear diferentes espacios de mercado que atraigan a los jugadores a sus clubs. Y es una competencia equilibrada porque todos ellos han superado una grave crisis económica y han conseguido continuar con normal funcionamiento.

El golf en Asturias comenzó en 1958 con la inauguración del Real Club de Golf de Castiello a escasos cinco kilómetros de Gijón. Hasta 1982 no se fundó un nuevo club, momento en el que La Barganiza acercaba el golf a Oviedo.

Con la apuesta que los Ayuntamientos y el Principado hicieron por el golf en La Llorea, El Tragamón, Las Caldas, La Morgal y Golf Municipal de Llanes, las licencias se triplicaron entre 1997 y 2007 superando los ocho mil quinientos jugadores, cifra muy parecida a la actual que coloca a Asturias como la octava comunidad autónoma con más licencias de España.

Casi la mitad, algo más de cuatro mil jugadores, pertenecen a la categoría senior. El hecho de situar a Asturias en el quinto puesto de comunidades con más prejubilados de España favorece mucho al aumento de jugadores al ser el perfil que más posibilidades tiene de aficionarse al golf. ¡Eso da para otro artículo!

 
Roberto García Montes, jugador aficionado hándicap 9 que empezó a jugar con la entrada del golf público en el Principado, nos cuenta: “Junto a unos amigos hice un curso municipal con el Patronato Deportivo de Gijón que me permitió adentrarme en un mundo que desconocía bastante. Me sorprendió sobre todo que por la cuota de un gimnasio podía ser miembro de dos campos, La Llorea y el Tragamón. Allí jugaba todo el mundo, no solo gente adinerada, había electricistas, albañiles, comerciales, médicos, arquitectos, etc.”. Utilizando una comparativa entre Asturias y su prima-hermana Galicia, debemos decir que los datos son más que significativos. En Galicia cuatro de cada mil habitantes juega al golf, mientras que en Asturias es el doble.

Esto indica que hay suficientes jugadores en Asturias para sus diecisiete campos pero los clubs privados se han visto obligados a ajustar sus tarifas para poder competir con el golf público. Sin suda alguna esto ha generado que Asturias sea la región con el golf más económico de España pero, ¿cómo afrontan esto los campos privados?

Villaviciosa Golf, club situado en la comarca de Villaviciosa, ha creado un nuevo espacio de mercado identificando correctamente lo que un amplio sector de jugadores demanda.

Al existir diez campos a menos de treinta y cinco minutos de su ubicación, la dirección del club decidió aprovechar esa oportunidad y cambiar completamente su estrategia. Hasta entonces el club luchaba contra la competencia intentando, sin mucho éxito, que los miembros de otros campos (que normalmente están cerca de su residencia) abandonasen su club tradicional para formar parte de Villaviciosa Golf, la intención más común de la mayoría de los clubs.

En cambio, la nueva estrategia fue convertirse en el segundo club de los jugadores de otros campos gracias a un abono económico, un potente calendario de torneos y la posibilidad de elegir entre siete turnos diferentes en cuatro días distintos para competir. De esta manera un gran número de nuevos abonados de Villaviciosa Golf compaginan su juego y competiciones entre éste y su club tradicional. Esta nueva maniobra ha convertido a Villaviciosa Golf en uno de los campos con más inscripciones a torneos de Asturias. Este agosto ha alcanzado la cifra de ciento setenta jugadores de media por torneo, un dato muy alto para un club de nueve hoyos.


 
Toda esta oferta de campos en una área pequeña como Asturias convierten a la región en un tan desconocido como interesante destino golfístico. Tomando Gijón como ejemplo de destino vacacional, desde el centro de la ciudad un aficionado al golf dispone de hasta nueve campos a menos de treinta minutos y con un greenfee que oscila entre dieciocho y cuarenta euros en temporada alta, a excepción de Castiello y Barganiza, los clubs de mayor tradición, que asciende a setenta y cinco.

La amplia oferta de campos, gastronomía, espacios naturales, historia, precio, clima y diseños rodeados de los deslumbrantes paisajes de mar y montaña fomentan un constante incremento de llegada de jugadores nacionales y extranjeros a la Comunidad.

“Asturias es un paraíso natural de obligado cumplimiento para los amantes del golf, no solo en cuanto a la práctica en sí, sino también en todas las sinergias de ocio activo que este deporte lleva aparejadas. El turismo está de enhorabuena, cada año son más los que nos visitan. Por otro lado, aficionarse al golf habiendo nacido en Asturias, como es mi caso, es sencillo y además una suerte. En pocos sitios se dan tantas facilidades como aquí”, afirma Alfredo García Heredia, Campeón de Asturias de Profesionales.

El Principado de Asturias es un ejemplo de cómo estimular la afición al golf con una equilibrada oferta de golf público y privado y cada temporada se posiciona con mayor fuerza como destino golfístico dentro de nuestro país.
 

Fernando Adarraga es jugador profesional de golf y alterna circuitos nacionales e internacionales en búsqueda activa de patrocinadores. Propietario de la Escuela de Golf Fer Adarraga, se dedicada activamente a la gestión y explotación de escuelas de golf junto al desarrollo, gestión y ejecución de eventos relacionados con el golf. Como él mismo declara, “Reinventándome constantemente”.
 

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