Jorge Bultó de Otto es un conocido profesional de la industria del golf con más de veinte años de experiencia en el sector, principalmente en el área de ventas de material deportivo. Su primer contacto con el golf fue en 1999 al hacerse cargo de la sección de golf de un centro de El Corte Inglés, multiplicando por diez la facturación en menos de un año. En 2002 fichó por PING y en 2005 por Callaway Golf, ambas como responsable de ventas en una zona de España. En 2012 creó un circuito de torneos de golf amateur, el Twittour, que se mantuvo activo hasta 2016 cuando entró a formar parte de Retamares Golf. En 2018, Jorge se incorporó al equipo de marshalls del Real Club de la Puerta de Hierro.
 


 

Tus primeros pasos en la industria del golf los distes en El Corte Inglés como responsable del área de golf de uno de sus centros en Madrid, ¿qué recuerdos guardas de esa etapa?

A decir verdad El Corte Inglés me fichó por el trabajo desempeñado en Deportes Moya, donde trabajé un año llevando la sección de golf y tenis. Respecto a mi etapa en El Corte Inglés, señalar que fue un paso fugaz, desde septiembre de 2000 hasta agosto de 2002, pero tuve tiempo suficiente para empaparme de la importancia de la atención al cliente. Eran tiempos de grandes cambios en la industria: el titanio veía la luz y la gama E.R.C. de Callaway era ese oscuro objeto del deseo de todo golfista; Taylor Made rejuveneció; Makser irrumpió en el mercado (¡qué gran trabajo el de Mamen Luna!); Acushnet a lo suyo: gran bola, gran guante, gran zapato y palos para jugones. También recuerdo que Wilson hizo el agosto con su gama Pro-Staff, por entonces vendía miles de palos al año. Estábamos subidos a la ola buena con miles de nuevos jugadores queriendo siempre más y mejor material.

 

Gracias al éxito de tu gestión, PING se fijó en ti y te incorporaste a su equipo de ventas, ¿cómo fue tu aterrizaje en la marca?

Nunca agradeceré lo suficiente a David Cambronero (y a Fernando, su padre) que se fijasen en mí y me diesen esa fantástica oportunidad. PING me recibió, como es costumbre en una casa con tanta tradición familiar, con mucho mimo y ganas de enseñarme para poder “evangelizar” la marca. Sí, hablo de evangelizar puesto que la inmensa mayoría de jugadores que llegaban a la marca a través del fitting (en aquella época nadie más los hacía), se transformaban en jugadores PING casi de por vida.

Con PING aprendí todos los pasos para la construcción de un palo de golf desde el origen. En su sede de Arizona me mostraron la fundición, el proceso de los moldes, los distintos pesos, varillas, grips, ángulos de lie… Es decir, todo lo que uno debe saber para luego poder hablar con la propiedad y profesionalidad requerida en una marca con el prestigio de PING.

También quiero remarcar al equipazo de PING España que hizo que mi transición de la tienda a la calle y del transporte público a un Volvo V70 (me saqué el permiso de conducir para trabajar en PING) fuera mucho más agradable y sencilla. Así que gracias por tanto al Jefe, a David, a Lluis, a Marisol (esa voz), a Asun y a Francisco.

 

Tu siguiente responsabilidad fue en Callaway Golf, también en el equipo de ventas. ¿Cómo surgió la oportunidad?

Un día sonó el móvil y era Jacques, el comercial de Callaway Golf. Quedamos a tomar un café en Golf Park y allí me expuso que desde Reino Unido estaban siguiendo mi trabajo en PING y que el jefe de Southern Europe quería verse conmigo en Barcelona. Me mandaron unos billetes de avión, comí con él, me hizo una oferta que no pude rechazar y, tras tres años con la familia Solheim, en julio de 2005 pasé a engrosar las filas de Callaway Golf.

 

PING y Callaway Golf son dos de los fabricantes de material deportivo más destacados del sector del golf, ¿qué diferencias ves entre ellos?

Ambas son dos grandes marcas, sin duda. PING es más conservadora en cuanto a diseños, tipo de distribución, relación con el minorista y el cliente final. También es más constante en su balance de ventas, no depende tanto de modas ni guerras comerciales. También llevan apostando largo y tendido por el golf femenino en los distintos circuitos, no olvidemos que son los creadores y patrocinadores de la Solheim Cup.

Respecto a Callaway Golf, destaca por sus diseños. Son de lo mejorcito haciendo que un palo te entre por los ojos (se me antoja el Apple del golf) y son uno de los dos pesos pesados de la guerra de close outs. Además, Callaway es bastante más inquieta puesto que tiene línea de textil, de zapatos, de bolas, de complementos, de accesorios, de gafas de sol, de medidores de distancia, etc.

 

Hace siete años apostaste por un nuevo concepto, el circuito Twittour de torneos de golf amateur. ¿Cómo se desarrolló esta iniciativa?

Eran otros tiempos en Twitter. Un grupo de jugadores de distintos puntos de España que chateábamos sobre golf decidimos ponernos cara. Fue en el club de Lerma bajo un manto blanco de nieve. Ahí empezó todo. Luego Víctor Sauca y yo decidimos abrir una cuenta de Twitter, después una web, organizar una quedada, otra… Parece que la cosa funcionó. Gracias a Twittour Golf he conocido mucha gente maravillosa, visitamos muchos campos, llegando incluso a establecer el Balneario de Mondariz como sede fija para cada mes de julio. Por lo general, puedo afirmar sin temor a equivocarme, que la gente lo pasaba muy bien.
 

 

Tras esta experiencia te incorporaste a Retamares Golf y más tarde al Real Club de la Puerta de Hierro, en ambos casos como marshall. ¿Cómo es tu día a día en el campo?

Mi labor consiste en el control del ritmo de juego y en que el jugador se sienta cómodo y perfectamente atendido durante su ronda de golf. El marshall actúa como los ojos del club y es una herramienta más de la atención al socio y/o visitante. Desde reemplazar una batería descargada, ayudar a buscar una bola, dar una indicación del recorrido, un palo olvidado en un hoyo anterior o que debido a una lesión haya que acercar al jugador a la casa club. Se trata de dar un buen servicio con una sonrisa.

 

Ahora que se habla tanto del juego lento, ¿cuáles crees que son los principales problemas de esta lacra?

Influyen muchos factores, pero principalmente lo poco que se incide en la educación de golf, las consabidas reglas de etiqueta. La gente sale a jugar torneos sin saber puntuar Stableford, sin noción de donde dejar la bolsa al acercarse a la bandera, sin saber colocarse en el green o en el tee. Hay quien no presta atención a los compañeros para marcar su bola y así tener más probabilidades de encontrarla antes. Muchos, tampoco prestan atención a la caída de un putt similar a la suya. También está esa gente con rutinas lánguidas, eternas y perjudiciales. He jugado algún par 4 en lo que algunos se disponen a pegar a la bola. Por último, resaltaría la forma de caminar. Hay una frase que me gusta mucho y dice algo así como ‘Camina deprisa y juega despacio’.

 

Mantienes una presencia constante en redes sociales. ¿Son éstas, especialmente Twitter e Instagram, elementos importantes para la difusión del golf como deporte de masas?

Por desgracia el golf llega a las masas de forma significativa cuando Gareth Bale sale a jugar unos hoyos, pero bueno… Poco a poco el golf va empapando la sociedad. Mucha gente ha oído hablar de Jon Rahm y más que lo harán. El Mutuactivos Open de España ha sido una buena experiencia y qué decir del Valderrama Masters, un rotundo éxito a nivel internacional. Es una cuestión de tiempo y de una buena política para acercar el golf a la gente y a los niños en especial. Acciones como el programa ‘Golf en los colegios’ desarrollada por la Federación de Golf de Madrid, está sembrando el panorama de pequeños golfistas. Esperamos que en unos años podamos recoger sus frutos. Nuestro golf lo necesita.

En referencia a las redes sociales diría que me divierten y entretienen. De hecho, me informo mucho a través de la red social del pajarito azul. Me gusta compartir contenido curioso, opinar (siempre desde mi punto de vista personal) sobretodo de golf y fútbol y, oye, si debido a lo que muestro en Twitter o Instagram, conseguimos que alguien se acerque al golf, bienvenido sea.

 

¿Qué le recomendarías a un joven licenciado que esté pensando en dedicarse a la industria del golf?

No me considero quién para recomendar a un joven licenciado, pero en caso de insistencia, le diría que fuese precavido, que estudiase el nicho de mercado donde quiera establecerse y que una vez decidido, fuese tenaz e imaginativo.

 

¿Cuáles son tus objetivos a corto y medio plazo?

El objetivo principal es que el club y los socios estén satisfechos con mi trabajo. Llegué hace poco más de un año al Real Club de la Puerta de Hierro sabiendo mucho menos de lo que sé a día de hoy. Quiero continuar aprendiendo y, sin duda alguna, estoy en el sitio perfecto para ello. Si más adelante puedo aportar algo más en base a mi experiencia previa, me tendrán a su entera disposición.
 

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