Cuando se está inmerso en un proceso de sequía no hay nada más eficiente que la propia lluvia. Pero tras cuatro años de escasas precipitaciones y con los pantanos bajo mínimos ha llegado el momento de plantear soluciones ante un fenómeno al que nos enfrentamos de forma recurrente cada diez años. Sin ir más lejos, la provincia de Málaga, una zona acostumbrada a ser castigada por prolongados periodos de escasez de lluvia, ha sufrido hasta tres grandes periodos de sequía en las últimas décadas, aunque la más dura fue la de 1995. Con esta premisa, ¿cómo podemos ser más eficientes frente a esas sequías que se producen y se van a producir? Una de estas medidas podría pasar por el adecuado aprovechamiento de aguas subterráneas, que fue la tabla de salvación en 1995.
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