El turista británico no se ha dejado impresionar por los posibles efectos del Brexit y sigue creciendo en España. La libra se ha depreciado, pero no tanto como para evitar que los británicos pasen sus ansiadas vacaciones tomando el sol, jugando al golf, disfrutando de la gastronomía o sus segundas residencias en este país y la Costa del Sol es uno de sus destinos preferidos, hasta el punto de que Málaga acoge al 10 % de los turistas británicos que vienen a España y al 70 % de los que viajan a Andalucía.
 

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