Fernando Nano Font es jugador profesional de golf y maestro por vocación, atesorando más de veinte años de experiencia como swing coach. Empezó a jugar como amateur en el Club de Golf de Vallromanes a los ocho años y con el paso del tiempo convirtió su pasión en su profesión, pasando a ser jugador profesional de golf en 1995 hasta el año 2000 participando en el Circuito Nacional y Challenge Tour. Titulado por la Real Federación Española de Golf como Maestro, posee también varios títulos de formación TPI así como diplomas de formación técnica de reconocidos gurús y ha impartido clases a todos los niveles a lo largo de su carrera. Desde 1999 es entrenador en el Programa Eagle de la Federación Catalana de Golf en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, actividad que desarrolla hasta la actualidad.
¿Qué te motivó a enfocar tu actividad profesional a la industria del golf?
Antes de dedicarme profesionalmente al golf estuve trabajando en un negocio familiar de la industria textil. Desgraciadamente (o no) llegó la crisis del sector en los años noventa debido a la competencia asiática y muchas fábricas de la industria textil catalana tuvieron que cerrar. ¡Qué mejor momento entonces para poder dedicarse a la industria del golf que aquel final del siglo veinte en el que en Cataluña había un boom increíble en el golf, cuando se construyeron una veintena de campos y cuando las licencias doblaban a las actuales en nuestra Comunidad!
Eres jugador profesional de golf y has vivido tanto la faceta de competición como la de formación, ¿qué destacarías de cada actividad?
Ganarse la vida compitiendo, en la actualidad, está al alcance de muy pocos jugadores. Antes con talento podías ganarte bien la vida y ser muy competitivo, pero hoy en día con sólo eso no es suficiente ya que para estar ahí arriba debes ser un atleta y tener la parte mental muy bien llevada. Eso está al alcance de bien pocos jugadores.
En cuanto a la faceta de formación de jugadores destacaría que debes que conocer bien a las personas que tienes enfrente para saber comunicar de forma acertada y resolutiva, dado que la experiencia y formación es imprescindible para que tus alumnos puedan evolucionar favorablemente.
Tus primeros años como profesor de golf se desarrollaron en el Club de Golf Vallromanes, después lo combinaste con el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat con los jugadores amateurs de alto nivel, ¿cómo de diferente es enseñar a un amateur de handicap 28 y a otro de +2?
La verdad es que la base es parecida pero es diferente en cuanto a exigencia. Los jugadores de alto rendimiento tienen pretemporada y el resto es entreno y competición, pero para mí la satisfacción es la misma cuando los resultados son favorables en todos los alumnos cuando ves que han jugado bien ese día. Obviamente te disgustas más si un jugador de primer nivel no consigue jugar bien y además su actitud por el campo no es adecuada ya que el jugador, en un principio, debería darlo todo.
La diferencia también está en que el jugador de alto rendimiento programa prácticamente todos sus entrenamientos ya que no todo es técnica sino que también se entrena la parte mental y la física. Además te desplazas con ellos a los torneos y haces más de coach que de profesor de golf.
La enseñanza de golf ha cambiado mucho en estos veinte años, ¿qué diferencias te parecen más significativas entre los métodos de ahora y los de los años noventa?
Ahora la diferencia está en la planificación de los entrenamientos y en la tecnológica. Además, hoy en día se trabaja con menos carga, es decir, entrenamientos más aleatorios. Antes eran mucho más repetitivos, con una enorme carga de bolas (y más bolas) hasta que las manos casi sangraban; sin embargo hoy en día está demostrado que esa forma de practicar no aporta buenos resultados, era menos efectiva y favorecía sufrir lesiones. Todos hemos oído decir alguna vez que ‘Es mejor la calidad que la cantidad’, y lo mismo aplica a la información en cuanto a enseñanza ya que actualmente hay mucha vía internet y en cambio antaño únicamente se publicaba algún libro interesante de vez en cuando.
Al igual que las metodologías de entrenamiento han evolucionado los materiales como palos, bolas, etc., ¿qué cambio te ha parecido más influyente en la evolución del golf en los últimos tiempos?
No cabe duda que los materiales evolucionan pero destacaría sobre todo las varillas. En la actualidad hay de muchos tipos y de diferentes características para todo tipo de velocidades de swing teniendo en cuenta la dureza, torsión, peso, etc. El fitter debe ser un buen especialista en la materia para conocer lo mejor que puede aportar a cada jugador que tiene delante y no equivocarse.
Por otro lado también destacaría las cabezas de los drivers por su volumen y las bolas de hoy en día que son presentan hasta cinco capas, lo que obliga a los campos modernos a ser mucho más largos y con más tees de salida.
Existen decenas de corrientes de enseñanza en golf, ¿cuáles son tus preferidas?
Creo que cuanta más formación tengas, más posibilidades tienes para sacar lo mejor de cada jugador que quiere aprender o mejorar. Existen varias tendencias, me quedaría con lo mejor de todos los cursos, entrenadores y grandes maestros que nos han guiado durante todos estos años. Siempre se aprende algo de todos.
Dependiendo de la morfología del jugador trabajas con aquello que más se adecue a cada alumno. Aunque podamos tener tendencias o métodos que han marcado más, para mí lo mejor es aquella corriente que le funcione al alumno ya que no todos somos iguales en cuanto a la parte física se refiere.
Sueles asistir a ferias y congresos relacionados con la enseñanza del golf, ¿qué importancia le concedes a la formación y al reciclaje de conocimientos?
Estar preparado para poder satisfacer las necesidades de los alumnos es una parte fundamental de la docencia. El saber no ocupa lugar y a lo largo de mi carrera he asistido a muchos cursos y congresos de formación indispensables para la enseñanza. Reciclarse y estar al día cuesta bastante dinero pero es una muy buena inversión, considero necesario formarse aunque uno piense que ya lo sabe todo. Como en cualquier profesión siempre van surgiendo nuevas tecnologías aunque no hay que abusar demasiado de ellas, igualmente también hay que tener una buena comunicación con los alumnos.
Mantienes una presencia constante en redes sociales. ¿Son éstas, especialmente Twitter y Facebook, elementos importantes para la difusión del golf como deporte de masas?
Es la era digital y me gusta estar al día en las redes sociales ya que encuentro que te pueden aportar cosas, además navegar y buscar aquello que más te interesa es bastante entretenido. Utilizo Twitter, Instagram y Facebook,¡hemos pasado del papel al digital sin casi darnos cuenta! Hace unos años hubiera sido impensable seguir en tiempo real los resultados de un jugador en un torneo que se disputa al otro lado del mundo, el livescoring es increíble, quién lo hubiera dicho.
¿Qué le recomendarías a un recién licenciado que esté pensando en dedicarse a la enseñanza del golf?
Le diría que es un trabajo en el que tienes que estar al pie de cañón todos los días, que tienes que estar dispuesto a trabajar los fines de semana y, sobre todo, que sea educado con las personas en su trato. Le diría que trabajar en un entorno como es un campo de golf tiene su parte gratificante por estar al aire libre, pero que también tiene que protegerse de la climatología (con los años el sol castiga la piel y deberá usar protección).
Ser maestro de golf y hacer lo que te gusta es una suerte, no todo el mundo lo puede decir. Y en un club de golf casi siempre impera el buen ambiente entre la gente y eso es de agradecer.
¿Cuáles son tus objetivos a corto y medio plazo?
Nuestro objetivo como técnicos de la Federación Catalana de Golf es formar a jugadores catalanes para que representen a nuestros alumnos en los equipos nacionales y ocupar posiciones de privilegio en los torneos puntuables para el Ranking Nacional y WAGR. Y, cómo no, volver a ganar en los campeonatos interautonómicos absolutos como hemos hecho hasta ahora ganando dos de los tres últimos años jugados.