Constantino Prieto es uno de los más longevos directores de club de golf de España, no en vano cumple ahora veinte años desde que se hiciera cargo del madrileño campo de El Robledal Golf. Profesional de la enseñanza y especializado en la educación de adultos, cambió de ocupación circunstancialmente y desde finales de los años noventa coordina el día a día de este particular recorrido madrileño.
 

 

¿Qué te motivó a dedicarte a la gestión de campos de golf?

Mi relación con el golf comenzó con un cúmulo de casualidades. Mi formación era (y es) la enseñanza, soy lo que vulgarmente se llama un ‘maestro de escuela’ que orientó su vida laboral a la Educación de Adultos. Pero una serie de circunstancias me llevó dejar la enseñanza tras unos años y el Club Valdeláguila, como se llamaba el campo cuando contaba nueve hoyos, necesitaba un aire nuevo. Yo estaba dispuesto a dárselo y ahí empezó esta bonita relación que se prolonga ya desde hace veinte años.

Nunca me había planteado esta actividad pero tuve la suerte de coincidir con Carlos Hernando, presidente del club en aquel momento y un buen amigo actualmente, a quién he de agradecer la total confianza que depositó en mí. Junto a él conseguí transformar un campo que solo era verde en sus greens y que acumulaba cuantiosas pérdidas en nueve hoyos totalmente verdes y saneado económicamente.

 

El grueso de tu carrera profesional se ha desarrollado en El Robledal Golf, ¿qué principales diferencias destacarías entre tus inicio y el momento actual en cuanto al trabajo diario en el campo?

Sobre todo el tipo de club. El Club de Golf Valdeláguila era un club social, diría que incluso familiar, en el que se organizaban eventos que ahora serían impensables. Hoy todo se ha profesionalizado, contamos con una empresa de gestión, Making Golf Group, que nos ayuda. El día a día es similar, hay que estar pendiente de todo: ayudar en recepción, cambiar impresiones con nuestro greenkeeper Pedro González, con el restaurante, ir siempre un paso por delante del calendario para que, al abrir la puerta, parezca que estábamos esperando al jugador que nos visita y que se sienta como en casa.

 

Viviste una época complicada en el campo que afortunadamente ya es historia, ¿cómo enfocaste la “gestión de supervivencia” que se originó hace unos diez años?

Pues con economía de guerra, algo que creo que a muchos responsables de campos de golf les sonará. Fue un momento muy duro para todos los que formamos parte de este campo, pero intentamos, dentro de lo posible, que no afectase al normal funcionamiento del club. Ayudó mucho la confianza que depositaron en mí tanto el personal como los proveedores. La verdad es que no es agradable recordar esos meses, todos sabemos de lo que hablo.

 

En 2014 Making Golf se hizo con la responsabilidad de gestionar El Robledal Golf, ¿qué destacarías del antes y el después de su entrada en el campo?

Coincidió su entrada con ese momento que comentaba, de economía de guerra con nóminas atrasadas y proveedores empezando a impacientarse. Su llegada fue la luz al final de túnel. Vinieron de la mano de la propiedad y lograron desbloquear la situación, fue un giro de 180º. No venían a imponer un director y facturar, su idea, y así lo estamos viendo, era que el club creciera y situar a El Robledal Golf como un campo atractivo de Madrid. Para ello se han realizado diversas inversiones que van dando su fruto.


 

En los últimos años El Robledal Golf ha ejecutado una serie de mejoras que han permitido que el recorrido sea más competitivo, ¿cómo se han desarrollado estas mejoras?

Las mejoras se van produciendo año a año desde la entrada de Making Golf y la gestión directa por parte de la propiedad. Algunas son invisibles para el jugador, como la automatización y centralización del sistema de riego Rain Bird, y otras más evidentes como caminos y un nuevo lago.

Este es un campo con casi cincuenta años de historia y eso se refleja en el mantenimiento. Tenemos nueve hoyos antiguos, con greenes de tierra y un riego de bloques que se instaló al poco de llegar yo, y otros nueve hoyos con doce años y riego por satélite. Las primeras inversiones del plan que se aprobó en 2014, con la ayuda de acttua Golf Services, llevaron a la unificación y centralización del sistema de riego. Necesitamos ser más eficientes aún, pues el agua es un bien muy preciado.

Eso ya se ha conseguido y el segundo paso era asegurar el suministro hídrico en el periodo estival. Para ello hemos construido un lago, fuera del recorrido, que duplica la capacidad de almacenamiento y que nos ha permitido pasar el verano de 2017 de una manera digna a pesar de ser el peor año de precipitaciones que recuerdo. También hemos renovado la maquinaria del club (unidades Toro para los tees y unidades John Deere para calles y rough) y realizado una reforma total del restaurante con la ayuda inestimable de Javier Vadillo, nuestro responsable de hostelería.

Ahora estamos inmersos en la construcción del putting-green y la zona de approach, ¡no paramos! El trabajo desarrollado por el personal de mantenimiento, con Pedro González a la cabeza, es encomiable y muy de agradecer.

 

Uno de los problemas más acuciantes de los clubs de nuestro país es la falta de nuevos socios, nuevos jugadores ocasionales, etc. ¿Cómo hacéis desde El Robledal Golf para tratar de crear nuevos golfistas?

El problema actual es la media de edad del jugador, predominando el jugador senior. Los nuevos golfistas suelen ser personas que acaban de finalizar su vida laboral y quieren seguir o empezar a practicar deporte y buscan algo acorde a su condición física. El golf es perfecto para ello. Pero hay que buscar cantera y para ello disponemos tanto de nuestra Escuela de Golf, de la mano de Best Swing, como del programa ‘Golf en Colegios’ de la Federación de Golf de Madrid. Ahora disponemos de ocho horarios diferentes de clases infantiles.

Nosotros tenemos una ventaja sobre el resto de campos de Madrid y es que se puede jugar todos los días del año, sin sorteos o precios elevados. Esto, unido a la mejora continuada del campo, hace que llevemos unos años con un crecimiento continuado.

 

¿Cuál sería el perfil de vuestro socio o jugador tipo?

En realidad hay de todo, pero el mayor porcentaje son hombres que han concluido su vida laboral.

 

La industria del golf ofrece cada año un buen número de eventos formativos, ferias, congresos y otros eventos similares, ¿qué importancia le concedes a la formación y al reciclaje de conocimientos?

Cada día es más importante la formación y el reciclaje. Estamos en un mundo global y no nos podemos aislar en nuestro club. Debemos ser permeables a todo lo que la industria ofrece al sector, reciclarnos continuamente para no quedarnos atrás. La formación de todo el personal ha pasado a ser algo imprescindible.

 

¿Qué le recomendarías a un recién licenciado que esté pensando en dedicarse a la gestión de clubs de golf?

Qué cada club es diferente. Es muy importante conocer el funcionamiento de todas las áreas que forman un club de golf. Una buena formación como gestor, ingeniero agrícola o jugador puede no servir de nada si no eres capaz de adaptarte a lo que tienes. Sé que ahora los jóvenes vienen muy preparados y muchos de ellos conocen el funcionamiento de un campo de golf desde dentro por lo que estoy seguro que el futuro de la industria es prometedor.

Aunque no es lo mismo, pues no era para gestión, voy a poner un ejemplo. El actual campeón de España de profesionales, Sebastián García Rodríguez, quien se formó en nuestro club, el año pasado estuvo varios días trabajando de jardinero en el campo de golf. Quería saber cómo se realizaban todas las labores del campo, me decía que necesitaba ese conocimiento para mejorar su juego. Si era capaz de comprender cómo se aumenta la velocidad de un green, cómo se realiza la aireación o cómo se repara un aspersor, podría ver los campos de golf de otra forma, más humanos.

 

¿Cuáles son tus objetivos a corto y medio plazo?

A corto plazo continuar con el crecimiento actual, que 2018 mejore 2017. Esto nos permitirá objetivos más ambiciosos a medio plazo, continuar las mejoras en el campo y consolidarnos dentro de la industria del golf en Madrid.
 

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