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‘Una experiencia de campeonato en el equipo de mantenimiento del BMW PGA Championship’, por Iker Orue Alda

Lunes 21 de mayo. Son las 3:45 de la madrugada. Suena el despertador tal y como estaba programado. No me cuesta nada despertarme aunque tengo que reconocer que la sensación de pesadez es enorme y que los ojos me escuecen un poco. Nada más incorporarme de la cama esas sensaciones se desvanecen. Estoy nervioso, inquieto y emocionado a la vez. De un salto, sin saber cómo, estoy en la ducha. No atino a la primera con el grifo, no es la ducha de mi casa… me encuentro en una habitación de hotel en Chertsey, Inglaterra. Es el ‘día uno’ del evento para el que hemos estado trabajando duro desde hace tiempo, doce meses menos una semana para ser exactos. Hoy comienza para nosotros el torneo de golf BMW PGA Championship 2018 en un campo que no necesita presentación, el West Course de Wentworth Club.
 

Formo parte del equipo de mantenimiento del West Course en Wentworth. Vine a Inglaterra para especializarme en mantenimiento de campos deportivos y esta es mi experiencia en suelo británico. Tras finalizar mis estudios en ingeniería agronómica en la Universidad Pública de Navarra comencé a trabajar como técnico de estudios en el sector de los servicios ambientales elaborando licitaciones para la obtención de contratos de mantenimiento de limpiezas, parques, jardines, campos deportivos, etc. Es aquí donde me empezó a picar el gusanillo por los campos deportivos.

Me marché a Inglaterra en agosto de 2016 y comencé a indagar oportunidades en la industria del césped deportivo. Tras muchas horas de navegación por internet buscando oportunidades encontré la página The Register of Independent Professional Turfgrass Agronomists (RIPTA) y leí detenidamente el perfil de cada uno de los consultores. Sin dudar un momento prepare una carta de presentación y envié un e-mail del que no esperaba respuesta.

Mi sorpresa llego cuando a los pocos días recibí una contestación del Dr. Tim Lodge, respetado consultor de césped deportivo que había obtenido su doctorando en el año 1994 financiado por la Royal & Ancient. El propietario de la consultoría Agrostis Sports Turf Consultancy tuvo a bien escuchar mi proyecto y nos reunimos a la semana siguiente. Con él visité campos de fútbol, de golf, parques en el centro de Londres, etc, todo tipo de instalaciones relacionadas con el césped. En una de sus visitas, durante el trayecto en el coche, no pude resistirme a preguntarle el motivo por el que había respondido a mi primer email. Más tarde me confesó el porqué, pero eso me lo guardo.
 

 
Tras una cuantiosa inversión, The Wentworth Club tiene como objetivo conseguir ser el mejor club del mundo y para ello realizó una reconstrucción del campo West renovando los greens e instalando el sistema subAIR, modificando y reduciendo el número de bunkers, instalando nuevos sistemas de drenaje y riego, y un largo etcétera de novedades. Igualmente este año se ha llevado a cabo la renovación del interior de la casa club.

Wentworth estaba reclutando personal para el mantenimiento del campo y para ello crearon el Greenkeeper Open Day. Sin dudarlo envié mi CV y fui seleccionado para asistir al evento. A los candidatos seleccionados nos dividieron en tres grupos tras una excelente presentación sobre la historia de Wentworth y su futuro dirigida por Kenny Mackay, director de los campos de golf y las áreas verdes del club. Cada grupo tenía programada una visita a la casa club, una visita a los campos de golf y, por último, una entrevista personal que en mi caso fue realizada por el course manager Daniel Clarke. Nos ofrecieron té y café además unos exquisitos sándwiches.

El invierno pasado fue bastante duro y largo con nevadas hasta marzo, temperaturas heladoras y trabajo duro. El campo permaneció cerrado durante unos meses para poder ejecutar todos los proyectos que estaban planificados: tala de árboles para mejorar la aireación, retirada de césped de calles en mal estado y colocación de nuevo, realización de drenajes en tees y zonas propensas a encharcamientos, renovación completa de ciertos tees, reconstrucción de approaches, etc. Muchísimo trabajo en condiciones meteorológicas un tanto adversas, aquí es cuando realmente la pasión por el trabajo entra en juego.

En enero tiene lugar uno los eventos más importantes de la industria del césped deportivo, el BTME en Harrogate. Asistí, por supuesto, y tuve la oportunidad de conocer a muchas personalidades del sector. Participé en cursos impartidos por el STRI, importante centro de investigación y consultoría a nivel global de césped deportivo, y sobre todo pisé el escenario en la ceremonia de premios ya que Wentworth había sido seleccionado el campo con la ‘Mejor preparación para torneo’ del año. ¡Ganamos!

Durante todo el tiempo que he estado en Wentworth solo se hablada de una cosa entre compañeros, el torneo. Es algo que uno vive con muchísima intensidad, es el momento más importante del año. Por supuesto que el objetivo del club es mantener el campo a un nivel que se asemeje al nivel de torneo, pero no es del todo posible. El personal se dobla durante esa semana gracias a la colaboración de los voluntarios de BIGGA, asistentes de greenkeeper de otros campos de golf del resto del país y del mundo. Durante la semana del BMW PGA Championship la cantidad de maquinaria para realizar las labores también aumenta considerablemente, todo se corta antes de la primera salida y los golfistas empiezan pronto, sobre todo en las jornadas previas al fin de semana.
 

 
Es un evento apasionante y el despliegue de medios es impresionante, quizás una de las experiencias más emocionantes de mi vida.

Junto con otro compañero me asignaron la preparación de los tees. Comenzamos con nuestra tarea con bastante antelación al comienzo del campeonato. Manos a la obra con cuerdas y pintura de marcaje, nos aseguramos de que los tee boxes fuesen rectángulos con líneas perfectamente rectas. Las líneas ya eran rectas de por sí pero las cuerdas, al contrarío del ojo, nunca engañan.

Fue un mes de muchísimo trabajo en el campo ya que la presentación del campo era algo diferente a lo normal, ciertas variaciones cambiaban la rutina de trabajo. El césped tenía que estar impoluto en cada esquina y, sobre todo, fuerte y sano. Para ello, mucho mimo, segar, segar, y volver a segar.

Los greens tenían que cumplir con los estándares del campeonato, firmeza, velocidad, etc. Todos los parámetros eran medidos diariamente durante varias veces, la uniformidad en los resultados obtenidos era fundamental para alcanzar las condiciones de juego perfectas en cada hoyo. Jamás he visto unos greens así de perfectos, ver rodar la bola sobre ellos era un espectáculo. Y también todo un reto para el jugador ya que atravesar el green con la bola solamente requería de un pequeño toque con el putter.

El domingo anterior al campeonato nos reunimos todo el equipo con los voluntarios de BIGGA de la mejor forma posible, ¡con una barbacoa! Íbamos a trabajar juntos durante una semana y el club decidió integrar al equipo de voluntarios con nosotros, por lo tanto ellos no iban a estar solamente dándonos apoyo en ciertos trabajos sino que iban a participar en todos y cada uno de ellos, una extraordinaria decisión. Pude compartir experiencias con compañeros de diferentes campos de golf, siempre se aprende algo nuevo.
 

 
Lunes 21 de mayo. Son las 3:45 de la madrugada. Suena el despertador tal y como estaba programado. No me cuesta nada despertarme aunque tengo que reconocer que la sensación de pesadez es enorme y que los ojos me escuecen un poco…

Primer día, primera reunión de la semana que tuvo lugar alrededor de las 4:45 de la mañana dirigida por Peter Moore, head greenkeeper del West Course. La comunicación es fundamental y las reuniones tenían lugar dos veces al día. En ellas, Peter nos explicaba cómo íbamos a funcionar en cada sesión de trabajo hasta que Francesco Molinari recogiera su trofeo. Nos actualizaban también los resultados que se obtenían de las mediciones de los greens. Éramos partícipes de todo lo que estaba sucediendo dentro y fuera del campo, algo que nos motivaba y nos hacía dar lo mejor de nosotros. Todos, más de cincuenta personas, éramos uno con un único objetivo. Crear unas condiciones de juego inmejorables.

Dio comienzo el primero de los siete días de campeonato. Los dos primeros fueron sesiones de entrenamiento en los que además conseguí una bonita foto junto a Rafa Cabrera-Bello. El tercero, durante el famoso pro-am, pude ver como Pep Guardiola embocaba en el hoyo 13 donde me encontraba como espectador. Quizás aquel fue el día más duro. Las salida tenían lugar a la misma hora en cada tee de cada hoyo, asi que el comienzo de los trabajos se tenía que adelantar unas horas. Creo recordar que aquella mañana empezamos sobre las 3:30 de la mañana, no estaban despiertos ni los pájaros… Y, por fin, llegó el jueves y con él el primer día de competición oficial del BMW PGA Championship. Una experiencia inolvidable, una experiencia de campeonato.
 

Iker Orue Alda es asistente de greenkeeper en Wentworth Golf Club. Puedes contactar con él en ioruealda@gmail.com.
 

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