En el día de ayer todos los medios digitales del sector se sacudieron con la noticia de la ruptura del contrato que unía los intereses de Sergio García con la compañía que le proporcionaba el material duro, TaylorMade Golf.

Conviene recalcar que dicha ruptura afecta a TaylorMade, no a Adidas. El flamante ganador del Masters 2017 seguirá vistiendo las prendas de la empresa de las tres franjas, de la que sigue siendo uno de los principales embajadores e iconos publicitarios y con la que mantiene unas excelentes relaciones fraguadas durante los últimos quince años. Ahora mucha gente se pregunta ¿qué ha podido pasar?, ¿qué marca va a jugar?, ¿cómo le afectará a su juego?

Respecto a la primera pregunta, creo que hay que pasar hacia atrás unas cuantas hojas del calendario, concretamente hasta el 10 de mayo de 2017. Un día grande porque cumplí cincuenta años, pero no, eso no afectó al futuro de Sergio tanto como el anuncio por parte de Kasper Rorsted, consejero delegado de Adidas, del acuerdo para la venta de sus tres grandes marcas de golf, TaylorMade y Adams Golf de material duro y Ashworth de textil, al fondo KPS Capital Partners por cuatrocientos veinticinco millones de dólares. Según Rorsted, la intención del gigante alemán es centrarse en las líneas de calzado y ropa de sus marcas Adidas y Reebok.

En referencia a la marca que podría jugar Sergio en próximas fechas todo son suposiciones, pero por lo que me he informado considero que Callaway Golf sería la empresa que más se ajustaría a los intereses de ambos. Me explico: la compañía de California es, a buen seguro, la marca con mayor músculo financiero en base a la venta de material para afrontar la contratación de una figura como el de Borriol y, además, con tan solo un octavo puesto (Henrik Stenson) en el top ten del ránking mundial usando su material y un Mickelson (el gran abanderado) ya en claro descenso de rendimiento, Sergio es un caramelo al que me extrañaría mucho que renunciase la empresa fundada por Ely Callaway. El castellonense (actualmente T11 OWGR) por fin ha abierto la lata y ojalá que le haya cogido el gusto a los Grandes.

Y ahora la madre del cordero… ¿cómo podría afectar a su juego? A ver, son muchos años haciendo fittings a miles de amateurs y a grandes profesionales de este país. Modestamente, no tendría que afectarle en exceso. Todas las marcas de primer nivel tienen buen producto. Un gran profesional como el que nos ocupa tira bajo par con unos palos de primer precio de Boomerang. Otra cosa son los ajustes y las distintas familias de producto dentro de una misma marca.

Me explico: pongamos que Sergio cambia a Callaway en un mes… Podrían gustarle un poco más los hierros de Callaway que los de TaylorMade o le podría gustar un poquito más sus maderas de calle TaylorMade a las de Callaway, o los wedges de uno o de otro, pero no tengo la menor duda de que se haría a ello. Ambas marcas tienen unos blades premium y unos drivers potentes para hacer las delicias de cualquier profesional. Respecto a los putters no tendría problema ya que Odyssey Golf cuenta con un gran arsenal de modelos con sus respectivos cuellos, pesos, insertos y grips. Veremos qué ocurrirá con la bola.

A todo esto, por rizar el rizo, faltaría añadir el tipo de contrato: catorce palos + bola, trece palos + bola, trece palos, doce palos… En fin, no tardaremos en salir de dudas, pero lo importante es que el cambio sea para bien y que Sergio siga agrandando su palmarés y, por ende, el del golf español.
 

Jorge Bultó lleva más de veinte años en la industria del golf habiendo desarrollado su labor en empresas como El Corte Inglés, Ping España y Callaway Golf Europe. También ha organizado durante cinco años un novedoso y exitoso circuito de golf de aficionados basado en las redes sociales, el Twittour Golf.
 

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