Marcus Armitage, británico de 33 años y todavía con mucha trayectoria por delante, no imaginaba que parte de su carrera se iba a impulsar, porque seguro lo hará a partir de ahora, inscribiendo su nombre en el Libro Guinness de los Récords.
Y es que los organizadores del European Tour de Golf urdieron tal “experimento” que, si salía adelante, lo pondría en el primer plano de la actualidad y se haría viral, como de hecho está siendo.
Encontraron, pues, a un golfista dispuesto, Armitage, y enrolaron a un piloto también británico, Paul O’Neill, para ponerlo al volante de uno de los BMW más prestacionales del mercado, un M8 Competition Cabrio de 625 caballos y cerca de 200.000 euros de precio. El lugar, el aeropuerto de Elvington, en Yorkshire, y el reto, “coordinar” la excepcional aceleración del coche con la habilidad de Marcus Armitage en un drive para que la pelota “aterrizara” en movimiento en el habitáculo del BMW. El casco, más imprescindible que nunca, por cierto.
La cosa no fue nada fácil, pero el resultado sí que fue espectacular y justificaba la alegría de los protagonistas al conseguir la hazaña.