Cuando se habla de la modernización de las infraestructuras de los campos de golf en el siglo XXI, uno de los principales retos es el de la gestión del agua. Los sistemas de riego, así como la propia procedencia del agua, son dos puntos claves a la hora de enfrentarse a la sostenibilidad ambiental a la que deben aspirar. Durante décadas, este aspecto ha generado una controversia y un debate que, igualmente, ha dado sus frutos en actuaciones concretas.
 

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