Una de las grandes pistas de entrenamiento de golf del Club de Campo de Madrid esconde bajo su extenso terreno una inmensa infraestructura, uno de los tanques de tormentas más grandes del mundo, con una capacidad próxima a los 400.000 metros cúbicos de agua.
La entrada a este enorme depósito de agua de lluvia no es fácil de localizar, el tanque es subterráneo y se encuentra en una ubicación discreta, pero su función es esencial para evitar las inundaciones por trombas de agua y también para mantener limpio el río Manzanares.
«Estamos dentro de las instalaciones del campo de golf de Casa de Campo de Madrid, pero totalmente enterrados. En la parte superior hay una pista de entrenamiento de golf. Es decir, arriba entrenan y abajo estamos haciendo una labor medioambiental muy importante para Madrid», comenta el responsable de red de Canal de Isabel II, Ricardo Fernández de Sevilla.
Fernández de Sevilla explica que esta estructura unitaria (es decir, que en los mismos conductos discurren aguas fecales y fluviales) sirve para almacenar los excedentes de caudal que no se pueden tratar por las depuradoras en días de fuertes lluvias.
El tanque de tormentas, que anualmente almacena de promedio un hectómetro cúbico, «el equivalente a un Estadio Santiago Bernabéu», fue construido por el Ayuntamiento de Madrid debido a que el río Manzanares tiene un caudal muy escaso no acorde con el tamaño de la ciudad, por lo que era necesaria esta infraestructura para asegurar «la calidad ambiental del río», comenta Fernández de Sevilla.
«Los ríos, por su naturaleza, tienen capacidad de autodepuración, pero como el caudal del Manzanares es escaso y no es comparable con el de otros ríos de grandes ciudades europeas, son necesarias estas infraestructuras para mantener la calidad de su agua», añade Fernández desde el interior del tanque.
Estos depósitos almacenan las primeras aguas pluviales, las más contaminantes, ya que arrastran la suciedad acumulada en calles y en el asfalto; así, regulan el paso de estas aguas hacia las depuradoras cuando hay una cantidad de agua excesiva, por lo que evitan que la depuradora vierta estas aguas sin tratar directamente al Manzanares.
Al tanque de tormentas se accede por un portón parecido al de un garaje, y en su interior lo primero que llama la atención es el olor a humedad y el sonido cavernoso; además, el agua almacenada burbujea de lo contaminada que está a causa de los residuos que flotan sobre ella: desde biberones, hasta zapatillas de fútbol o botellas de plástico.
En Madrid hay varios municipios que tienen problemas con las trombas de agua, como los tuvo, por ejemplo, el Ayuntamiento de Arganda en el mes de junio con inundaciones en algunas de calles, y que en el año 2019 acabaron en riadas por todo el municipio.
Desde el consistorio de Arganda del Rey indican que el pasado marzo se iniciaron las obras de la Nueva Red de Drenaje Urbana Perimetral que, debido a su envergadura, se divide en siete tramos, de los cuales actualmente se están ejecutando los tramos de dos de ellos.
Otros ayuntamientos madrileños también sufren estos problemas, como es el caso de Pinto, que ya se preparó a finales de julio ante posibles lluvias torrenciales.
Son solo algunos ejemplos que visibilizan la gran importancia que tiene esta red subterránea tan imperceptible para los ciudadanos, pero tan necesaria para evitar inundaciones y para mantener limpios los ríos que atraviesan las urbes.