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‘El Plan Estratégico de un campo de golf: la auditoría de instalaciones y el plan director’, por Gonzalo Millán (Target Ingenieros)

La ventaja de la Wikipedia es que, al ser editada de manera colaborativa entre todos los usuarios, permite simplificar de una manera sencilla las definiciones de las cosas. En nuestro caso define planificación estratégica como “un proceso sistemático de desarrollo e implementación de planes para alcanzar propósitos u objetivos” y podríamos resumir que su fin es responder a la pregunta ‘¿A dónde queremos llegar?’
 

En cualquier organización empresarial se desarrollan planes estratégicos que establecen el rumbo y las directrices que deben de seguir en todos sus departamentos (marketing, financiero, recursos humanos, etc.). En los clubs de golf estos planes se vienen desarrollando habitualmente; sin embargo y a menudo, no se incluye un plan específico para uno de los activos más importantes que poseen: el campo de golf.

Es común encontrarnos en clubs con multitud de elementos de diseño, soluciones constructivas, materiales instalados, especies y variedades (arbóreas, arbustivas y cespitosas), etc., que han sido implementados a lo largo de los años con diferentes criterios más o menos acertados y que dan una sensación de falta de previsión y descuido; esta situación se ve agravada en instalaciones de mayor antigüedad y en donde el número de “remiendos” es de tal magnitud que afecta no sólo al juego, sino también al nivel de mantenimiento y a la presentación general del recorrido.

La RAE define improvisación como “Hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación” y en esa definición se contienen muchos de los males que han venido asolando los clubs de golf en el pasado.

Hoy en día tanto los directores como los greenkeepers han logrado profesionalizarse y alcanzar niveles de preparación y conocimiento impensables hace dos décadas; sin embargo (y exceptuando casos concretos), sus Juntas Directivas en el caso de los clubs de socios, o los Consejos de Administración en el caso de clubs comerciales, mantienen un nivel de gestión más emocional que racional.

El Plan Estratégico trata de armonizar ambas figuras, de manera que permita establecer una hoja de ruta acordada por todas las partes y que deberá de prevalecer en el corto y medio plazo.

“Si no sabemos a dónde vamos es probable que no lleguemos a ninguna parte”

 
La auditoría técnica de instalaciones

Para conocer los datos de tránsito para cualquier trayecto, el primer paso es el de introducir el origen del mismo. El punto de partida del plan estratégico deberá de ser la auditoría técnica de las instalaciones, de manera que permita respondernos a la pregunta ¿Dónde estamos?

Hoy en día y prácticamente en cualquier sector de actividad, la mayoría de las empresas tanto grandes como pequeñas, y aunque sean perfectamente conocedoras de sus propias estructuras, son constantemente auditadas para mejorar sus cuentas de explotación; sin embargo, el exceso de trabajo, la presión del día a día, la lucha cotidiana para sostener la cuenta de resultados, etc., hace que muchas desconozcan el enorme potencial escondido en los medios que poseen y que no aprovechan debidamente.

El primer paso es realizar un diagnóstico del estado de las instalaciones y un análisis del aprovechamiento de todos los recursos disponibles. Esta revisión integral se debería de centrar en los puntos siguientes:

El objetivo esencial de la auditoría técnica de las instalaciones es sentar las bases de partida para que el nivel de mantenimiento de los campos de golf sea óptimo con el ratio de coste/inversión más eficiente posible.

Generalmente los usuarios desconocen el desgaste lógico que sufren las instalaciones y por tanto, no son conscientes del esfuerzo técnico y presupuestario que exige mantener el campo en óptimas condiciones para la práctica del juego.

Según la American Society of Golf Course Architects la vida útil de los diferentes elementos componentes de un campo de golf es la que se resume en el siguiente cuadro:


 
Los parámetros varían dependiendo de los métodos constructivos, el nivel de mantenimiento, la calidad de los materiales empleados y otros muchos factores locales propios de cada campo, e indudablemente existen muchas instalaciones que superan con creces estos valores aunque con síntomas de fatiga y obsolescencia evidentes.

Este deterioro deberá de ser valorado en la auditoría, pero más importante hoy en día es la evaluación de la obsolescencia tecnológica, máxime teniendo en cuenta los avances surgidos en la industria del golf en las últimas décadas.

En este contexto es donde la auditoría técnica de las instalaciones del campo de golf adquiere su sentido, ya que no sólo permite evaluar con precisión el estado de los recursos y el potencial de mejora y optimización de los mismos, sino que además incorporará los avances habidos en nuevos materiales, equipos o sistemas de gestión y mantenimiento.

El objetivo de la auditoría no debe pretender juzgar ni cuestionar el sistema de explotación o mantenimiento empleado en el club, ni siquiera el diseño del recorrido, sino ofrecer tanto al director como al encargado del mantenimiento un documento que permita establecer un calendario de actuaciones, renovaciones y reformas y una valoración presupuestaria de las mismas, que pueda presentar a los socios del club de una manera objetiva, profesional e independiente.


 
El Plan Director

Las conclusiones recogidas en la auditoría técnica de las instalaciones proporcionará el punto de partida para la elaboración del Plan Director, el cual establece, en un escenario temporal, los objetivos prioritarios y la secuencia de las inversiones a realizar para alcanzar los efectos deseados sobre las instalaciones.

Permite definir qué medidas se deben de adoptar para que el campo de juego cumpla a cinco, diez o quince años vista, con las expectativas y objetivos de los socios, jugadores, accionistas o inversores; y responde a la última pregunta ¿Cómo podemos llegar?

En base a la experiencia técnica del equipo auditor y su conocimiento de problemáticas similares en otros campos y las soluciones aplicadas, así como de los objetivos a medio largo plazo de los responsables del campo, se definen las acciones a realizar, su secuencia en el tiempo y su valoración económica.

Es fundamental, para poder extraer todos los beneficios derivados del Plan Director, combinar los objetivos y prioridades, con los recursos económicos disponibles y el plazo que pretendemos imponernos para llevarlo a cabo. Las soluciones han de ser realistas, eficaces y razonables para cada campo de golf en particular.

El Plan Director proporciona una continuidad en la línea de acción en el mantenimiento, obras nuevas y renovaciones, independientemente de los cambios que se produzcan en las Juntas Directivas, lo cual proporciona tranquilidad y estabilidad a los directores y encargados del mantenimiento para desarrollar su trabajo sin la incertidumbre propia de los periodos electorales o cambios de titularidad en las instalaciones.

Target Ingenieros ha sido la empresa pionera en la implementación de planes estratégicos en campos de golf, tanto para clubs de socios de la categoría del Real Club de Pedreña e instalaciones de pay&play como los tres recorridos de Golf del Sur entre los trabajos más reseñables.
 

Gonzalo Millán es director de Target Ingenieros, Ingeniero Técnico Agrícola y Certified PMP (Project Management Professional) con veintidós años de experiencia en la industria del golf.

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