Borja Martín-Simo es licenciado en Administración y Dirección de Empresas, así como un entusiasta del golf. Desde muy pequeño se inició en el cacereño Norba Club de Golf, en donde coincidió con Jorge Campillo entablando una sólida amistad. Tanto que en 2010, estando aún Borja estudiando su carrera en Madrid, Jorge le propuso hacerle de caddy en un torneo del Challenge Tour. Desde entonces forman uno de los tándems más sólidos del European Tour.
 

 
Ibas para ‘broker’ y terminaste en los greens, ¿qué te motivó a dedicar tu actividad profesional a la industria del golf?

Realmente he terminado como caddy de rebote, nunca me lo había planteado, ni se me pasaba por la cabeza. Las circunstancias se fueron dando así, Jorge me lo propuso en su momento y le estaré siempre agradecido por ello ya que está siendo una experiencia maravillosa, nunca imaginé conocer tantos países, participar en torneos con los mejores jugadores del mundo… y además trabajar para un muy buen amigo. Jorge podía haber elegido a cualquier otro caddy o prescindir de mí tras los primeros torneos pero siempre ha confiado en mí, me ha apoyado en algunos malos momentos y me ha propuesto continuar año tras año.

Soy caddy profesional por circunstancias de la vida. Empiezas un año, continúas al siguiente… y terminas metido en una rueda que no para nunca.

 

Tu primer contacto con la bolsa de Jorge Campillo fue en el Madeira Open de 2010, ¿cómo fue esa primera experiencia?

Fue una experiencia maravillosa. No conocía el circuito por dentro y ahí tuve la oportunidad de observar el golf profesional desde el otro lado, fue una muy buena toma de contacto. Tengo muy buenos recuerdos de esa semana. Cuando Jorge me llamó y me lanzó su propuesta me pilló desprevenido, me cogió de sopetón… y lo mejor que pude hacer fue acompañarle.

 

Tras ese primer torneo volviste ocasionalmente a la bolsa de Jorge en varios eventos más, tanto torneos regulares del Challenge Tour como en la Escuela de Clasificación del Circuito Europeo, hasta que Campillo obtuvo la tarjeta del European Tour, ¿fue entonces cuando decidiste ser caddy profesional a tiempo completo? ¿Qué opinaron en tu entorno familiar de una decisión tan particular?

Cuando Jorge obtuvo la tarjeta del European Tour no me planteé ser caddy profesional, únicamente llevarle la bolsa esa temporada y a ver qué pasaba. Acababa de terminar la carrera así que pensé tomármelo como una especie de año sabático para viajar un poco y vivir la experiencia. Mi idea era incorporarme al mercado laboral en alguna actividad relacionada con mi licenciatura pero bueno, al final las cosas salen como salen. En esa primera temporada hicimos algunos buenos torneos, mantuvimos un buen feeling como equipo de trabajo, y nos consolidamos. No teníamos una relación caddy-jugador aséptica como pasa a veces en el circuito, nosotros habíamos sido amigos desde siempre y lo mantenemos. ¡A veces hasta nos vamos juntos de vacaciones!

Por otro lado siempre tuve apoyo por parte de mi familia, eso nunca me ha faltado. Además, mis padres son muy aficionados al golf y muy fan de Jorge, cuando les planteé la idea me apoyaron sin fisuras. Mis hermanos mayores se dedican a profesiones más habituales como finanzas, banca de inversión, etc., pero yo he elegido otro camino igual de satisfactorio.

 

El trabajo de un caddy profesional no es solo acarrear la bolsa de palos o aconsejar golpes, es mucho más. ¿Cómo es tu día a día? ¿Qué es lo que más te gusta de la profesión? ¿Y lo que menos?

Obviamente mi trabajo no solo es llevarle los palos a Jorge, hay mucho más. En ocasiones entrenamos juntos, eso me hace ver cosas y conocer mejor su juego al tiempo que su entrenador le indica mejoras y ajustes. Igualmente cuando estamos en competición le apoyo para mejorar ciertas parcelas del juego en las que se puede ver un poco más ‘flojo’, y cuando estamos en el campo cargo con la responsabilidad del libro de yardas, Jorge confía ciegamente en mi interpretación del campo y únicamente debatimos un poco sobre qué palo es el más adecuado para cada golpe. Él ve las banderas, yo me encargo del resto del campo.

Este es un aspecto muy importante de mi trabajo ya que me obliga a estar muy concentrado en el recorrido porque sé que Jorge no va a chequear distancias, los cálculo son exclusivamente responsabilidad mía. Campillo en un jugador muy rápido para todo así que debo adelantarme un poco e ir haciendo la cuenta porque cuando él llega a la bola ya debo tener hechas las sumas y restas necesarias para plantear el golpe, así como tener el palo más o menos decidido. Esta forma de trabajar es atípica, diría que el 95 % de los pros llevan su propio libro de yardas y lo consultan en cada hoyo.

Esta profesión tiene muchísimos aspectos positivos pero me quedo con el hecho de trabajar en el golf, con la adrenalina en los torneos, con los ánimos del público… es un espectáculo. Por otro lado quizá lo peor sea la gran cantidad de viajes que hay que hacer y que me mantienen lejos de mi novia, de mis padres y de mis amigos durante mucho tiempo al año.
 

 

Tras casi diez años participando en los diferentes circuitos, ¿cómo has visto la evolución de Jorge Campillo como jugador?

Jorge Campillo es un jugador muy constante que ha ido mejorando poco a poco. En su etapa amateur en España ganó una gran cantidad de torneos; después, en su etapa universitaria en Estados Unidos, no empezó con buen pie pero tras adaptarse a su nuevo entorno terminó ganando también varios campeonatos llegando a ser número dos del mundo en el ránking amateur; y en los circuitos profesionales europeos siguió la misma tónica de menos a más. En esta etapa profesional quizá nos hubiera gustado ir un poco más rápido pero ahora, en esta séptima temporada que compartimos, todo está fluyendo muy bien tras haber mejorado mucho en las temporadas quinta y sexta.

En esta temporada hemos jugado torneos de mucho nivel, majors, campeonatos del mundo, etc., seguimos cerca del Top 50 mundial y estamos más cerca de The Masters… Campillo está jugando de una forma muy consistente, solo le falta ganar un torneo y estoy convencido de que esa victoria llegará pronto.

 

¿Y cómo has percibido la evolución de los propios circuitos profesionales de golf?

Desde que llegué al European Tour en 2012 hasta ahora he notado una importante mejoría, especialmente a raíz de la creación de la Rolex Series. Antes no había tanto dinero para acciones, desarrollos, premios, etc., y ahora hay más. Esto permite al circuito organizar eventos de mayor envergadura (premios, gradas para espectadores, carpas de hospitality, etc.) que además reparten más puntos del ránking mundial, lo que nos beneficia a todos. Igualmente ahora organizan más shows paralelos como el Beat the pro y otras actividades, hay mayor exposición en medios y redes sociales, etc. El European Tour está creciendo y la tendencia es al alza.

Por otro lado a los caddies cada vez se nos trata mejor, la atención cada vez es más cercana y personalizada en los torneos, las zonas de descanso y comida mejoran… Hay unos torneos mejores que otros, claro, pero en general los caddies estamos cada vez más valorados y eso nos hace ser cada vez más partícipes en los eventos.

 

El material de golf también está en constante evolución, ¿qué cambios te han parecido más influyentes en el golf de alta competición en los últimos años?

Cuando llegué al circuito profesional ya los grandes cambios en material se habían consolidado, la bola volaba mucho y los drivers hacían cada vez más distancia. Pero ahora las marcas están demasiado obsesionadas con la distancia y los drivers ya no son tan consistentes. Van muy largo, sí, pero para todos lados, no solo para dónde deberían ir, y el jugador sufre. Además las preparaciones de los campos, con rough alto y greens duros, hace que los malos drives penalicen mucho.

 

Las preparaciones de los campos son otro factor que también se ido mejorando con los años, ¿cómo lo valoras?

Se nota mucho en qué países y torneos hay dinero para dedicarlo al mantenimiento y a preparar el campo para un torneo concreto abonando roughs, regando calles, endureciendo greens, etc. En el European Tour disponemos de greenkeepers especializados que viajan a los campos sedes de torneo para inspeccionarlos y aconsejar a los head greenkeepers locales cómo enfocar ciertas tareas o plantear objetivos para el torneo. Es un aspecto muy controlado, no se deja casi nada al azar y los pros lo saben.

Valoro muy positivamente la preparación de los campos, el European Tour es un circuito muy potente, muy profesionalizado. Los caddies estamos encantados con su trabajo ya que los campos en los que competimos tienen un nivel muy alto, con greens duros y rápidos que dificultan al jugador pero favorecen la competición. Los directores de torneo son muy profesionales, mención especial a José María Zamora y Miguel Vidaor coordinando un gran equipo que consiguen que los torneos del European Tour queden muy bien rematados.

El European Tour busca siempre buenos campos, con buenos sistemas de riego que aseguren la consistencia de la hierba y que no aparezcan zonas peladas. Para mí el riego es uno de los aspectos fundamentales en la preparación de un torneo, es algo que acabo de comprobar en mi club de origen, Norba Club de Golf, que recientemente ha concluido una gran obra que incluía la renovación del sistema de riego que le ha permitido ganar en calidad de hierba. El Open de España, otro ejemplo, quedó bien preparado para las circunstancias que se dieron con el tiempo, el riego, los presupuestos, etc. No pudo alcanzar el nivel de un evento de la Rolex Series pero el resultado fue más que correcto.

 

La preparación física de los jugadores profesionales de golf es un aspecto que se tiene muy en cuenta, ¿también en los caddies?

Sí, la verdad es que los nuevos caddies, los jóvenes, tienen muy presente la preparación física. Son más atléticos, más deportistas, que sus predecesores. Creo que esto es importante ya que la bolsa en sí pesa mucho, hay torneos en los que se pasa mucho calor o mucha humedad como los que disputamos en Asia, y debemos estar preparados para aguantarlo todo. En los últimos años han ocurrido algunas desgracias ya que más de un caddy ha fallecido en el campo de golf durante un torneo debido, en parte, a las condiciones ambientales, las exigencias del juego en cuanto a rapidez y el sobreesfuerzo que ello conlleva. Son muchas semanas de competición al año y, si no estás físicamente preparado, las sufres en lugar de disfrutarlas.

 

Otro aspecto importante en la vida del pro son los patrocinadores, apoyos fundamentales en sus carreras. ¿Os pasa igual a los caddies, tenéis patrocinadores específicos?

La verdad es que en Europa prácticamente ningún caddy tiene patrocinadores (si acaso alguno cuenta con el apoyo de la marca de medidores láser Bushnell) mientras que en Estados Unidos sí es más común que el caddy comparta patrocinador con el pro. En mi caso he tenido la suerte de que Sastrerías Jajoan, cadena de sastrerías que patrocina a Jorge, se hayan hecho cargo de mi gorra, al igual que Mizuno UK me suministra las zapatillas para los torneos. Por su parte Jorge Campillo, a día de hoy, tiene la confianza de las casas Mizuno y Titleist en material deportivo, y también de Sastrerías Jajoan y Bodegas Williams & Humbert (con su gama de ginebras Cubical) como principales patrocinadores
 

 

En España el golf sigue siendo “ese deporte” y no conseguimos popularizarlo como debería, ¿percibes lo mismo en los países que visitas compitiendo?

Claramente hay de todo. Competimos en países en los que el golf es tremendamente popular y otros en los que no lo es para nada. Este año jugamos el PGA Championship en Estados Unidos y la afición que se respiraba era increíble, puro amor al golf. En Reino Unido, igual. Por otro lado en países como Italia se nota mucho menos ambiente aunque el público termina acudiendo al campo ya que se trata de un torneo del European Tour.

Aquí en España el fútbol tiene completamente dominado el deporte, por otro lado los aspectos políticos que hacen que siga siendo visto como un deporte elitista y eso nos perjudica. En nuestro país se asocia el golf al ‘rico’ y eso lo aprovechan los partidos de izquierdas para hacer críticas. Es una pena pero es así. Confío en que la RFEG continúe trabajando para cambiar esto, que el Open de España no se pierda y que volvamos a crecer. Durante el Open de España 2018 se vio que el golf es un deporte que engancha, que jugadores nuevos como Rahm, Elvira y Campillo, entre otros, tienen tirón entre los aficionados.

España es un país perfecto para el golf por nuestro clima y el turismo que atrae, espero que el Gobierno y las Comunidades Autónomas inviertan en torneos profesionales de golf porque a día de hoy Portugal está realizando inversiones fuertes en este sentido y está atrayendo a una gran cantidad de jugadores de golf extranjeros para pasar ahí sus vacaciones.

 

Mantienes una presencia constante en redes sociales. ¿Son éstas, especialmente Twitter, Instagram y Facebook, elementos importantes para la difusión del golf como deporte de masas?

Las redes sociales son importantísimas en el deporte profesional. Instagram, por ejemplo, está creciendo muchísimo en el entorno del golf. Si una marca se interesa por patrocinarte te obliga a tener una buena presencia en redes sociales, que publiques fotos con sus logos, etc. Los grandes circuitos tienen a veinte o treinta personas trabajando en comunicación en cada evento y todos con redes sociales. Las grandes marcas y los grandes jugadores también participan, cuelgan fotos y stories, tuitean, conversan con aficionados… Cada vez tiene más relevancia.

 

¿Qué le recomendarías a un joven jugador de golf que esté pensando en probar a ser caddy profesional?

Le recomendaría que empezara por torneos pequeños y, a ser posible, que le lleve la bolsa a un amigo. Que vaya a eventos del Alps Tour y del Challenge Tour y que poco a poco se haga un nombre. Que aprenda y coja experiencia. Y que busque llegar al European Tour a través de amigos caddies. Recuerdo una vez que un amigo, muy buen jugador de golf, me comentó que querría llevar la bolsa de algún pro más o menos al tiempo que un amigo pro me comentó también que estaba buscando caddy. Les puse en contacto y empezaron a trabajar. La clave es tener relación directa con el golf y también algo de suerte. Los caddies españoles nos conocemos mucho y siempre estamos dispuestos a ayudarnos.

 

¿Cuáles son tus objetivos a corto y medio plazo? ¿Cual es tu máximo reto como caddy profesional?

Tanto a uno como a otro, continuar creciendo y seguir disfrutando de la competición. Aunque por concretar plantearía dos objetivos principales: entrar en el Top 50 mundial y, por supuesto, ganar un torneo del circuito que sea, el que toque.

Mis máximos retos profesionales son ganar torneos con Jorge Campillo ya que no le haré de caddy a ningún otro pro, tengo claro que una vez acabe esta etapa me dedicaré a otra cosa. A nivel deportivo tengo dos retos llevando su bolsa: participar en un Masters y disputar una Ryder Cup. El tiempo lo dirá.
 

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